Desde este 1 de octubre, la bonificación del gasóleo para el transporte se ha reducido a cinco céntimos por litro de combustible y encara su recta final antes de su desaparición total con la llegada de 2024.
La última semana de septiembre viene marcada en el transporte por carretera por el incremento de los precios del gasóleo, por sus efectos sobre las cuentas de las empresas y la reacción de las principales asociaciones, así como por las novedades que se han producido en relación con el Euro 7 y la transición al tacógrafo inteligente de segunda generación.
La asociación señala que el incremento en el precio del gasóleo podría llegar a suponer un desembolso de 8.657 millones de euros adicionales para las empresas del sector.
El objetivo de esta reclamación es permitir que los transportistas puedan trasladar adecuadamente estos aumentos de costos a sus clientes y evitar una situación de colapso económico.
CETM reclama al Gobierno medidas frente al incremento de los precios de los combustibles, mientras el Gobierno alarga la decisión y el Banco de España pide que se reduzcan las ayudas para controlar la inflación.
Semana abundante en datos estadísticos que dibujan un panorama sombrío para el sector, mientras que parece que se desvanece la llegada del sistema de pago por uso a las autovías españolas.
El precio del litro de gasóleo se sitúa en España en los 1,634 euros de media, mientras que el litro de gasolina se encuentra en los 1,735 euros en la última semana.
CETM estima que la subida del precio de los carburantes hace que "la viabilidad del sector esté en peligro", por lo que reclama que se amplíe la bonificación para el transporte.
Máxima preocupación en el sector por el incremento de los precios de los combustibles y sus repercusiones en costes a lo largo de la cadena en un momento de fuerte incertidumbre política.