El crecimiento de las importaciones, que resulta muy superior al de las exportaciones, es imputable a múltiples factores, entre los que destaca el marco regulatorio comunitario.
Las exportaciones de hortalizas han crecido un 7,7% hasta las 296.000 toneladas, mientras que en el capítulo de las frutas frescas, los volúmenes se mantienen.
Desciende la exportación a países no comunitarios, principalmente por la caída de Reino Unido, que aunque aumentó un 3% en valor, disminuyó un 10% en volumen.
La exportación de hortalizas ha bajado un 7% en el primer cuatrimestre, hasta los 2,3 millones de toneladas, mientras que las frutas lo han hecho en un 15%, situándose en 1,9 millones de toneladas.
Estará vigente hasta abril de 2024 y la única excepción serán las patatas, que se consideran productos de alto riesgo y seguirán incluidas en esa categoría.
El retroceso de la exportación fuera de Europa constata la dificultad de abrir y consolidar nuevos mercados para las producciones españolas, a pesar de los esfuerzos de las administraciones y exportadores.
En contraste con la exportación, la importación española de frutas y hortalizas creció un 14% hasta las 631.156 toneladas, con un valor de 638,5 millones de euros.
Las exportaciones hortofrutícolas retrocedieron un 4% en 2021, hasta los 5,5 millones de toneladas, mientras que las importaciones crecieron un 4%, con 14,8 millones.