La línea se lanza con la idea de continuidad, con un planteamiento que pasa por que se suban al barco los transportistas que habitualmente cruzan el Estrecho con destino a los mercados europeos.
El objetivo de esta posible nueva conexión es dar respuesta a la comunidad de emigrantes de los distintos países y evitar los problemas de conectividad.
Las navieras que operan en el estrecho han constatado que el tráfico con el norte de África es estable y se sitúa entre los que más crece de toda Europa.