Las exigencias a los transportistas por parte de las autoridades competentes son desproporcionadas en lo que respecta a evitar la inmigración ilegal, ya que son estas las que deben adoptar y ejecutar políticas para paliar los efectos negativos de la misma.
Varios transportistas han sido sancionados por no cumplir las horas reglamentarias de trabajo, mientras que algunos incluso han sido multados por transportar inmigrantes cuando desconocían que viajaban en su camión.