Toyota refuerza su gama de vehículos comerciales ligeros, con dos versiones y motorizaciones diésel y gasolina que oscilarán entre los 75 y los 130 CV.
El fabricante japonés trabaja con una entidad de investigación neerlandesa para desarrollar nuevos sistemas para obtener hidrógeno para pilas de combustible.
El vehículo ofrece un área de carga de un metro cúbico de capacidad y una carga útil de 350 kilos para la distribución en ciudades de un modo sostenible.
Los objetivos fijados por el Gobierno de Sánchez superan las exigencias medioambientales de la Unión Europea, que negocian una reducción de entre el 30% y el 40% de emisiones de CO2 para 2030.
Además de ofrecer vehículos carrozados completos listos para matricular, completará su gama de comerciales con una nueva furgoneta que saldrá de la planta de PSA en Vigo.
Carsi releva a Agustín Martín, que sigue como 'chairman' de Toyota España y como consejero delegado de Toyota Connected Europe y Vicepresidente de Toyota Mobility & Connected Car.
La 'pila de combustible' genera la electricidad necesaria para alimentar los motores eléctricos, salvando así la escasa autonomía que ofrecen los sistemas de almacenamiento en baterías.
Tras probar el primer vehículo en las instalaciones del grupo y más tarde en carreteras de Los Ángeles, se ha mejorado el producto, haciéndolo más viable a nivel comercial.