Los encargos de buques propulsados por combustibles alternativos han registrado en 2025 una caída significativa, con 232 pedidos en los primeros once meses del año, lo que representa un descenso del 53% respecto al mismo periodo de 2024, año marcado por un crecimiento récord, según datos de la plataforma Alternative Fuels Insight (AFI) de DNV.
A pesar de esta ralentización, según recoge Anave, los buques propulsados por GNL continuaron dominando el mercado, con un 67% del total de nuevos contratos. Solo en noviembre se registraron diez operaciones, incluyendo seis portacontenedores y cuatro buques tanque. En lo que va de año, los portacontenedores representan un 66% de los nuevos pedidos, consolidando su relevancia en la transición hacia combustibles alternativos.
El año 2024 marcó un récord con 515 encargos de este tipo, impulsados principalmente por car carriers y portacontenedores, de los cuales un 69% estaban diseñados para operar con combustibles alternativos. Sin embargo, la proporción de buques propulsados por metanol descendió del 32% en 2024 al 20% en 2025, reflejando los desafíos asociados al desarrollo de infraestructura para metanol verde.
Jason Stefanatos, director global de descarbonización de DNV Maritime, explicó que las condiciones del mercado y la infraestructura están moldeando la demanda de diferentes combustibles: “El cambio de tendencia en los pedidos de GNL y metanol este año podría deberse al lento desarrollo de la producción de metanol verde y a la evolución de las necesidades de los cargadores”, señaló.
El GNL domina los encargos de nueva construcción, mientras que combustibles emergentes como el amoniaco comienzan a ganar protagonismo, reflejando los retos de infraestructura y producción de combustibles verdes en el sector marítimo.
Pese a la ralentización de los encargos, la flota operativa de GNL sigue creciendo. A finales de 2024, había 641 buques de este tipo en operación, tras un récord de 169 entregas durante ese año. Entre 2021 y 2024, el número de buques propulsados por GNL se duplicó, y DNV prevé que se vuelva a duplicar hacia finales de la década, según la cartera actual de pedidos.
Por otro lado, los combustibles emergentes, como el amoniaco, comienzan a ganar terreno, con 27 pedidos de nueva construcción en 2025, incluyendo los primeros buques que no son gaseros. Este incremento subraya el interés creciente por alternativas más sostenibles en la transición energética del transporte marítimo.