A medida que comienzan a remitir las presiones inflacionistas sobre los fletes, derivadas de las perturbaciones en el Mar Rojo, la anticipación en los pedidos y los aranceles, es probable que los cargadores negocien tarifas contractuales más favorables y mejores condiciones con navieras y transitarios para 2026.
El índice de Drewry para las tasas Este-Oeste, que recoge la media de las tasas contractuales que han abonado más de 100 transportistas multinacionales en 17 rutas marítimas, ha registrado un descenso en los 12 meses anteriores a septiembre, lo que supone la primera reducción interanual desde julio de 2024. Si bien la caída ha sido solo del 3% interanual, marca un cambio de tendencia en las tarifas contractuales marítimas.
De hecho, según la consultora, a esta modesta disminución le seguirán importantes reducciones de las tarifas contractuales a medida que se liciten y negocien los contratos de 2026. Durante las negociaciones, los cargadores suelen preguntar a Drewry si las tarifas contractuales volverán a los niveles anteriores al Covid-19 de 2019, y en este caso, en septiembre el índice para las tasas Este-Oeste seguía estando un 25%.
Cuando el mercado está más ajustado, las navieras pueden presionar para fijar unas tarifas contractuales más altas, reducir sus compromisos y exigir mayores compromisos de volumen. Sin embargo, cuando la balanza se inclina a favor de los compradores, los cargadores ganan influencia para conseguir mejores condiciones en cuanto a tarifas, costes auxiliares, espacio, plazos y calidad del servicio.
Por ello, Drewry aconseja a los cargadores que revisen la redacción de sus contratos con las navieras para incluir plazos de pago más largos, más compromisos de calidad del servicio y cláusulas para controlar los recargos, como los de detención y demora. En algunos casos, recomienda incluir una cláusula que permita a los cargadores solicitar una revisión de las tarifas si los precios del mercado se desploman.
Además de la perspectiva de unas tarifas contractuales más bajas, otro aspecto importante de la estrategia para 2026 es la gestión de riesgos y la resiliencia, que resultan clave para los cargadores a la hora de planificar sus contratos, más alla de las tarifas.