Las difíciles relaciones que mantiene España con los Estados Unidos desde la llegada al poder de la Administración Trump el pasado enero tienen profundos efectos comerciales que también se extienden al ámbito marítimo.
En concreto, esta situación parece estar debilitando especialmente la posición del puerto de Algeciras en las principales rutas marítimas globales.
En este sentido, la Comisión Marítima Federal ha anunciado este verano que sigue investigando a España, como parte de un procedimiento iniciado en 2024, por supuestas prácticas discriminatorias contra buques estadounidenses y por denegar el acceso a puertos españoles de buques con pabellón norteamericano que participan en el Programa de Seguridad Marítima del Departamento de Transporte del país.
Así mismo, según este organismo estadounidense, el Gobierno español ha alegado motivos de soberanía sin entrar en más detalles, en vez de argumentar sus razones para impedir las escalas de los buques norteamericanos.
En este mismo sentido, la Comisión Marítima Federal ha anunciado que hará públicas las conclusiones de este procedimiento, que podría implicar sanciones y otras medidas, este mismo año.
En particular, el puerto de Algeciras formaba parte inicialmente de un acuerdo comercial para el despliegue de rutas mercantes entre los Estados Unidos y Asia, del que forma parte Maersk, pero ha sido excluido después, en detrimento de Tánger Med, que gana así una posición de privilegio en el estrecho de Gibraltar, una de las zonas clave para el transporte mercante mundial.
En el trasfondo de esta decisión estaría, según el diario ABC, que ha adelantado la noticia, la proximidad del Ejecutivo español con la Administración china, país con el que los Estados Unidos mantiene una sorda guerra comercial y una abierta competición por la hegemonía mundial.