UECC ha podido eliminar los recargos para sus clientes en el marco de la regulación FuelEU Maritime porque la adopción proactiva de combustibles ecológicos ha reducido drásticamente su exposición financiera a esta norma de reciente aplicación.
En la actualidad, el cambio a biocombustibles bajos en carbono se considera la vía más eficaz para cumplir los objetivos de reducción de la intensidad de carbono, cada vez más estrictos, y evitar así las sanciones previstas en la normativa, cuyo objetivo es fomentar la adopción de tecnologías de combustibles alternativos para alcanzar el objetivo de las cero emisiones netas.
Este planteamiento supone normalmente unos costes de combustible más elevados para las navieras, dado que los biocombustibles, que pueden ofrecer reducciones de las emisiones de aproximadamente el 85%, cuestan entre un 50% y un 150% más que los combustibles fósiles convencionales y el suministro de materias primas es limitado.
El recargo adicional que se cobra a los cargadores para compensar esta diferencia de precios puede llegar al 5%, pero UECC no cambiará absolutamente nada de su estructura de precios en relación con la regulación FuelEU Maritime. Esto se debe en gran parte al hecho de que ya ha logrado reducciones significativas de la intensidad de carbono al ampliar el uso de biocombustibles en toda su flota de 15 buques desde 2020.
También ha incorporado el biometano licuado en sus cinco 'Pure Car and Truck Carriers' de GNL dual y multicombustible en el marco de la iniciativa 'Sail for Change' lanzada el año pasado, que cuenta con el apoyo de varios fabricantes de vehículos. Por lo tanto, la naviera entiende que cumple sobradamente con la normativa con su combinación energética actual.
Sus esfuerzos de descarbonización se han centrado en inversiones en nuevas construcciones respetuosas con el medio ambiente, así como la incorporación de combustibles alternativos, además de medidas de eficiencia operativa y otras más técnicas, como la recuperación del calor residual.
Cabe apuntar que la naviera aplica rigurosos criterios de selección de combustibles basados en la sostenibilidad, la idoneidad técnica y la viabilidad comercial. Sus bioproductos cumplen los criterios de la Directiva de Energías Renovables y proceden de materias primas incluidas en el anexo 9, de conformidad con los requisitos reglamentarios, mientras que todos los combustibles utilizados cuentan con la certificación ISCC.
Además, mediante una estrategia proactiva de adquisición de combustible, se ha asegurado volúmenes de combustibles alternativos a largo plazo a través de acuerdos con proveedores como Titan Clean Fuels para LBM y ACT Commodities para biocombustibles.
Así, puede decirse que va por buen camino en su plan para lograr una reducción mínima del 45% de la intensidad de carbono en 2030 y eliminar progresivamente los combustibles fósiles derivados del petróleo para 2040.