Los retos que plantea el proceso de descarbonización del transporte han centrado los debates del I Foro Anfac del Vehículo Pesado y Autobús, celebrado en Madrid.
En el evento han participado los diferentes actores del sector, desde la industria hasta los propios transportistas, tanto de viajeros, como de mercancías, pasando por proveedores de servicios y componentes. Todos ellos han destacado su compromiso con la reducción de emisiones contaminantes, aunque, al mismo tiempo, también coinciden en que el proceso de transición energética no se está desarrollando a la velocidad que debería ni con la homogeneidad que sería deseable.
En este sentido, mientras que en los entornos urbanos la electrificación es una realidad palpable, en el transporte pesado de larga distancia las opciones más sostenibles apenas tienen presencia, ya sea por limitaciones en la oferta, por el coste de la inversión, las dificultades operativas o la dificultad para acceder a las ayudas públicas para la incorporación de estos vehículos.
En este sentido, los fabricantes reclaman un apoyo institucional más comprometido, tanto a nivel nacional, como en la Unión Europea, mientras que Industria ha anunciado que en mayo se pondrá en marcha el nuevo PERTE VEC III, dotado con 500 millones de euros, y a lo largo de segundo semestre el PERTE VEC IV, con una cuantía de 1.250 millones de euros.
De igual manera, las marcas también resaltan la necesidad de garantizar la competitividad del sector y de las empresas de transporte españolas, como parte de este proceso.
El transporte pide más tiempo y recursos
A su vez, los transportistas reclaman más tiempo y recursos para afrontar la descarbonización, especialmente a la vista de la atomización del sector y de las diferencias en cuanto a capacidad de inversión que existen entre las grandes empresas de transporte y los autónomos.
Así mismo, durante el debate también se ha apuntado la necesidad de impulsar la red de puntos de recarga adaptados para vehículos pesados, que podría ver un impulso este año y el próximo 2025, así como la importancia de que los clientes del sector entiendan que esta transición energética tiene un coste asociado.
Por último, los fabricantes de vehículos industriales han incidido en la evolución que está viviendo el sector como consecuencia de la electrificación y que les coloca en el centro de un complejo ecosistema con nuevos servicios asociados para el transporte. Su impresión general es que la industria ha hecho sus deberes y tiene en el mercado una oferta que va evolucionando con gran rapidez, pero que persisten obstáculos que conducen a que las matriculaciones de vehículos pesados con energías alternativas sean residuales.
