GSE y Cadena de Suministro han celebrado a mediados de junio la que ya es la séptima edición de sus Encuentros Inmologísticos. El evento, que ha tenido lugar en esta ocasión con la inestimable colaboración de Baker McKenzie, ha tenido lugar en sus oficinas en Barcelona, donde se han organizado dos mesas redondas para analizar diferentes cuestiones que están impactando en el sector en los últimos años.
El primero de ellos se ha enfocado en la empresa inmologística del futuro, lo que ha permitido poner el foco en áreas como la transformación tecnológica, la importancia de la sostenibilidad y la necesidad de tomar decisiones estratégicas en un entorno cada vez más volátil.
Tras unas palabras de bienvenida por parte del director comercial de GSE, Ramón Lázaro, ha dado comienzo este debate, moderado por Ricardo Ochoa de Aspuru, editor de Cadena de Suministro, en el que han participado Joan Carles Aguado, de GSE, José Ignacio Gómez, de Prologis, John Derweduwe, de Heylen Warehouses, Óscar Heras, de GLP, y José Antonio Pérez, de Baker McKenzie.
La sostenibilidad es ya un elemento innegociable en los proyectos inmologísticos, donde cada vez cobra más importancia la automatización.
Todos ellos han coincidido en que la sostenibilidad es ya un elemento innegociable en los proyectos inmologísticos, donde cada vez cobra más importancia la automatización y el uso de tecnologías como la Inteligencia Artificial, que pueden facilitar la gestión de los activos y contribuir al mismo tiempo a reducir los gastos operativos al fomentar un uso más eficiente de los mismos.
Si bien el sector se enfrenta en la actualidad a numerosos desafíos por el cambiante entorno geopolítico y económico, así como por la irrupción de nuevas tecnologías, en el debate ha quedado claro que todo ello puede traer también nuevas oportunidades que tratarán de aprovechar.
Sostenibilidad e impacto de la tecnología
Como ha confirmado el propio Joan Carles Aguado, en el momento actual ya no se lleva a cabo ningún proyecto que no tenga en cuenta las necesidades actuales en materia de eficiencia energética y reducción del impacto ambiental.
En el ámbito de la construcción, aunque actualmente la lista de materiales que se ajustan a los requisitos de reducción de la huella de carbono es relativamente corta y tienen un coste adicional, con el tiempo cada vez habrá más y los precios serán más asequibles, lo que hará que acaben implantándose en el mercado. Del mismo modo, el precio del reciclaje ahora es relativamente alto, pero "acabará siendo un proceso natural" y que todo el mundo entenderá como necesario.
El director de GSE para España y Portugal cree que en los próximos años será fundamental aprovechar la IA para hacer funcionar las instalaciones de la manera más inteligente posible y saber vender el nivel de eficiencia de unos edificios que tendrán capacidad de almacenar energía, controlar su clima o acumular energía.
En esta línea, también anima a salir de los entornos donde todo el mundo quiere estar y "buscar en zonas alternativas donde sea más fácil conseguir potencia eléctrica y haya una distribución más equilibrada". Igualmente, la escasez de talento para trabajar en los centros logísticos va a complicarse más en los siguientes años, lo cual pasa por industrializar al máximo las construcciones.
José Ignacio Gómez, que ha recordado en su intervención que el sector "necesita una Administración con las orejas abiertas y con ganas de dar soluciones en tiempos más cortos", ha señalado que la sostenibilidad está muy ligada al uso de la tecnología, ya que contar con datos exactos es fundamental para crear una base que favorezca la toma de decisiones estratégicas, tanto de manera general como de forma más localizada en cada mercado.
El marco normativo europeo empuja al sector en la línea de la sostenibilidad de los activos, con objetivos ambiciosos a nivel de nuevos desarrollos y de activos existentes.
El marco normativo europeo también empuja al sector en esta línea, con objetivos ambiciosos a nivel de nuevos desarrollos y de activos existentes. Actualmente, Prologis está buscando soluciones constructivas con los proveedores que permitan ahorrar y que consuman menos, y llevan años recabando información sobre el ciclo de vida de las naves para saber "cuáles son los drivers dentro de la construcción que tienen más peso a nivel de carbono embebido y poder actuar sobre ellos".
En lo que respecta al desarrollo de instalaciones fotovoltaicas en cubierta, su apuesta pasa por construir instalaciones grandes y dejarlas preparadas de modo que si el inquilino no acepta el precio o no necesita toda esa energía, pueda venderse a otros consumidores interesados para rentabilizarlas.
Falta de suelo y mano de obra
John Derweduwe, que se ha referido también a la importancia no solamente de la producción de energía, sino de su almacenamiento y comercialización, ha querido aclarar que aunque "los inversores sí tienen muy en cuenta el aspecto de la sostenibilidad por su visión a largo plazo", los clientes se interesan por ello, pero no es lo primero en su lista de prioridades.
También ha puesto el foco en el problema de la mano de obra para los almacenes, algo que ya se está viendo en otros países y "está llegando a las zonas logísticas de España, a pesar del elevado desempleo". La solución es la automatización, ha dicho el directivo de Heylen Warehouses, que cree que aunque se están viviendo tiempos inseguros, esto también genera oportunidades.
Así, ha puesto diversos ejemplos de cómo a lo largo de su carrera ha tenido que ir fijándose en nuevos focos logísticos por la falta de suelo para nuevos desarrollos o para poner en marcha el tipo de proyectos en los que estaba trabajando. "En Madrid hay sitios donde sé que dentro de cinco años habrá un hub logístico, pero ahora mismo es un páramo", ha asegurado.
Mientras, Óscar Heras ha indicado que "la sostenibilidad hay que ligarla con la reducción de los costes operativos" y es en ello en lo que hay que incidir para convencer a los clientes de pagar una determinada renta. "La sostenibilidad no es una opción, es una necesidad. El que no esté, está fuera. Pero pronto el que no genere información para poder alimentar la Inteligencia Artificial estará fuera de juego también", ha indicado el directivo de GLP.
La toma de datos y su combinación con herramientas de IA va a permitir que los procesos y datos de los edificios se hablen entre sí.
Además, ha explicado cómo la toma de datos y su combinación con herramientas de IA va a permitir que los procesos y datos de los edificios se hablen entre sí. Las empresas del sector deben aprovechar este nuevo escenario disruptivo para ganar competitividad y no perder cuota de mercado.
Entre los retos que tienen por delante, se ha referido a la disponibilidad de mano de obra, especialmente en mercados donde también existen dificultades para encontrar suelo. Por ello, se debe hacer un esfuerzo para retener a los empleados con buenas condiciones de trabajo, sumado a poder ser a una buena localización.
Por otro lado, hay proyectos que se caen por la falta de potencia eléctrica, un aspecto que será clave con el crecimiento de los centros de datos, y que puede abrir la puerta a otras zonas que sí ofrezcan la capacidad necesaria. "Estamos en un cambio de ciclo a todos los niveles y hay que adaptarse", ha concluido.
Inmuebles sostenibles y autosuficientes
Finalmente, José Antonio Pérez ha comenzado recordando que aunque fue hace 10 años cuando se empezaron a incluir cláusulas verdes desde los Ayuntamientos, en un primer momento eran muy amables y buenistas, y fue años más tarde cuando se empezaron a tomar medidas más en serio: "Ahora lo que antes era 'Ligth Green' se ha convertido en 'Dark Green' y ya marca obligaciones respecto a la construcción con materiales sostenibles, la medición de datos, etc".
En el momento actual, ya se da por sentado que un inmueble tiene que ser sostenible, autosufiente, e incluso "hay un perfil de inversores que ya no entra en una operación si no es con este tipo de activos" y exigen que sean mejorados y cuenten con ciertas certificaciones.
De la misma manera, en lo que respecta a las instalaciones fotovoltaicas, el usuario que alquila una nave quiere tener garantías de que la instalación en cubierta no le va a causar ningún problema. Así, aunque sea algo que "prácticamente puede explotarse de manera independiente y sin causar afectaciones al edificio", hay que tener en cuenta que el usuario de la cubierta va a pedir un seguro de su explotación y el de la nave reclamará un seguro de daños.
Pérez, que ha ido realizando diferentes aclaraciones en materia legal sobre las cuestiones a analizar, ha finalizado aludiendo a la necesidad de que las firmas de abogados conozcan la experencia del sector inmologístico, así como sus dificultades, para poder plasmarlas y prever todo ello en los contratos.
