La Casa Blanca ha remitido este pasado fin de semana una carta formal a la Comisión Europea en la que asegura que impondrá un arancel general para las importaciones procedentes de la Unión Europea de un 30%.
Este porcentaje es más alto del inicialmente previsto.
A esta tasa, la Comisión ha respondido que afectará a "las cadenas de suministro transatlánticas, en detrimento de empresas y consumidores".
Así mismo, el colegio de comisarios se delcara "listo para seguir trabajando para conseguir un acuerdo antes del 1 de agosto" y, al mismo tiempo, asegura que "tomaremos las medidas necesarias para salvaguardar los intereses de la Unión Europea, incluyendo la adopción de contramedidas proporcionales llegado el caso".
Con este comunicado, la Comisión Europea evita el enfrentamiento directo con los Estados Unidos hasta que finalice el mes de julio y antepone las negociaciones a la presión que supone este ultimatum.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha asegurado que esta que se prolonga hasta el 1 de agosto es la última prórroga en los aranceles multilaterales con los que viene amenazando desde el inicio de su mandato a comienzos de 2025.