¿Qué influencia tendrá el coronavirus a largo plazo en el transporte marítimo?

Más allá de China aún no se ha notado la caída en el tráfico de contenedores, pero lo hará a lo largo de estas semanas, cuando no lleguen los buques previstos desde Asia.

01/03/2020 a las 21:41 h

A corto plazo, el coronavirus va a tener un fuerte impacto en el sector del transporte marítimo de contenedores, tal y como han pronosticado diferentes expertos en la materia. Sin embargo, desde la consultora Drewry confían en que a medio plazo, los efectos sean menores, una vez controlada la propagación del virus.

Las líneas marítimas se han acostumbrado ya a prepararse para lo inesperado, independientemente de si se trata de una guerra comercial, el cierre de un puerto importante o un virus. Siempre están expuestas a situaciones que se encuentran fuera de su control, pero existen ciertas limitaciones en cuanto a lo que pueden hacer para mitigar sus efectos.

En este caso, aunque el transporte de contenedores no está tan expuesto a los problemas de contagio del coronavirus como el transporte aéreo o la industria del turismo, los volúmenes en los puertos chinos se han reducido entre un 20% y un 40%entre el 20 de enero y el 10 de febrero.

Mientras, en los puertos de otros países aún no se ha notado la caída, pero lo hará a lo largo de estas semanas, cuando no lleguen los buques previstos desde Asia. Las navieras que ofrecen servicios transoceánicos han cancelado unas 105 rotaciones entre Asia y Norteamérica, y entre Asia y el Mediterráneo, solamente en febrero.

Según los cálculos de Drewry, una caída del 30% en los volúmenes de contenedores en China, supone una reducción del 9% a nivel global, a menos que se frene antes este descenso. No obstante, se prevé que el tráfico siga reduciéndose al menos durante dos meses a nivel mundial.

Posibles escenarios

Desde la consultora, creen que existen evidencias para pensar que el virus podrá contenerse relativamente rápido, como sucedió con el ébola, evitando una crisis mundial mayor, o que al menos podrá encontrarse una solución para evitar sus devastadores efectos.

Ya es inevitable que el transporte marítimo sufra una importante reducción en sus volúmenes en el primer trimestre. La pregunta ahora es cuándo comenzará la recuperación.

En el primer escenario que se contemplaba, el virus podría contenerse con el cambio de tiempo, al igual que sucede con la evolución de las gripes. Sin embargo, el descenso de los volúmenes en los puertos y el cierre de fábricas en China provocaría una reducción del tráfico de alrededor del 3% a final de año.

Las tasas de carga volverían a aumentar rápidamente en cuanto se recuperase la demanda y los operadores volvieran a aumentar su capacidad. Probablemente, se necesitaría un refuerzo en los puertos para acometer todos los envíos pendientes, aunque habría un mayor problema con los astilleros, pues los propietarios querrían tener sus 'scrubbers' instalados cuando se reactivasen los tráficos.

El coronavirus ha dejado al descubierto la fragilidad de las cadenas de suministro globales, muy dependientes de China, por lo que a la luz de esta experiencia, podrían empezar a explorar nuevas opciones.

En el segundo escenario, por el que se decanta Drewry, el sector volvería a la normalidad en China antes del segundo trimestre, pero al haberse desatado la crisis en otros países, el problema persistirá. Algunos estarán mejor preparados que otros, pero la situación inevitablemente afectará a la confianza de los consumidores y aún está por ver si será necesario aplicar una cuarentena en más zonas.

De momento, podrían pasar meses hasta tener una vacuna y cuanto más tiempo pase, menos probabilidades habrá de lograr crecimiento en 2020.A las navieras no les quedaría otra que seguir reduciendo su capacidad y estudiar medidas adicionales, como destruir algunos buques o cancelar más escalas. Además, continuaría la tendencia a la baja en las tasas.

Los peores augurios

Por último, el tercer escenario, que es el más negativo, indica que los datos procedentes de China en cuanto a los contagios podrían no estar muy ajustados a la realidad, ya que algunos expertos sitúan la cifra diez veces por encima. Además, el país está volviendo a la normalidad y eso podría aumentar el número de contagios, al volver los ciudadanos a reunirse y viajar.

Si esto se combina con la propagación del virus fuera de China, los flujos comerciales podrían verse seriamente alterados y poco podrían evitar los planes de contingencia. Es la opción menos probable, pero la consultora no recomienda descartarla todavía, al desconocerse la naturaleza del virus.

Podría llevar a una gran recesión económica mundial, la quiebra de algunas navieras y una caída en picado de las tasas de carga.

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