Se ha lanzado una línea de ayudas para facilitar el acceso a una tecnología aún no comercializada con garantías y a la que no puede acceder cualquier profesional por la incertidumbre que genera.
No existe rechazo por parte de las organizaciones a proceder a la renovación, pero consideran imposible cumplir con los plazos señalados y alertan del peligro de desabastecimiento.
La Asociación de Transportistas Autónomos denuncia que la medida actual favorece a las grandes empresas y discrimina al pequeño transportista, que es el perfil de la mayoría de profesionales.
ATA insiste en la necesidad de reforzar el control sobre la actividad del transporte privado complementario que se encuentra realizando transporte público de forma encubierta.
Los transportistas madrileños insisten en que hay que agilizar los permisos para mudanzas en la capital y unificar criterios de otorgamiento para evitar la competencia desleal.
Los transportistas autónomos no se benefician de las subidas generalizadas de precios, según ATA, por la incapacidad que tienen para repercutir a sus clientes los incrementos de sus costes.
Una vez más, según denuncian desde la Asociación de Transportistas Autónomos, "se abre la puerta a la explotación de los profesionales del transporte".