La industria marítima y las organizaciones del sector recibirán así una clara señal para moverse rápidamente hacia delante, con el fin de lograr la descarbonización del transporte marítimo cuanto antes.
Tradicionalmente, el transporte marítimo no ha ahorrado esfuerzos en la mejora de la seguridad y la protección del medio ambiente, pero es preciso seguir impulsando este proceso.
Actualmente, los requisitos de acceso a un puerto u otro difieren hasta en las instalaciones situadas en el mismo país, un asunto que debe ser solucionado por la Unión Europea.
La nueva normativa permitirá prevenir las descargas ilegales de desechos generados por los buques y los residuos procedentes de la carga que van a parar al mar.
Las mercancías que viajan en buques entre puertos comunitarios exigen numerosos trámites administrativos que involucran a múltiples autoridades e intermediarios.
Desde la Asociación, han reclamado la implantación de un espacio europeo para un transporte marítimo sin barreras, con el fin de mejorar la eficiencia en estas operaciones.
Bruselas debería asegurarse de que tanto las pequeñas como las grandes navieras tengan la misma oportunidad de recibir financiación, lo que incrementaría la comunicación con la industria.
En abril de 2018, la OMI debería adoptar una estrategia inicial para la reducción de las emisiones de los buques y en 2023, debería tener listo un plan definitivo.
La Comisión Europea y los Estados Miembros de la Unión Europea han aportado sus diferentes visiones a la Organización, que tendrá listo un plan a partir de abril de 2018.