Superado el umbral de los 1.000 millones de euros en inversión inmologística durante 2017, suele decirse que lo difícil no es llegar a la cima, sino mantenerse allí.
Ante la falta de espacio en las principales áreas de actividad logística, como Madrid y, sobre todo, en Barcelona, los inversores siguen a sus clientes en su expansión hacia otras áreas geográficas que empiezan a despertar gran interés. Además de Aragón y del eje que forman las dos grandes capitales andaluzas, Sevilla y Málaga, se ha unido en el último ejercicio la Comunidad Valenciana, una zona que presenta un gran potencial de crecimiento.