La Unión Europea ha dado el visto bueno definitivo esta semana a incorporar sanciones a 41 nuevos buques que integrarían la 'flota fantasma' rusa.
Como consecuencia, estos buques tienen prohibido el acceso a puertos y tampoco podrán recibir servicios marítimos en todo el territorio de la UE.
Con estas nuevas inclusiones, las autoridades europeas extienden las sanciones a un total de 597 buques de la 'flota fantasma' que utiliza Rusia para sortear las sanciones internacionales por su invasión de Ucrania para comerciar internacionalmente con petróleoy sus derivados.
Gran fuente de ingresos
La Unión Europea estima que limitar la actividad de estos buques servirá para estrangular los ingresos que Rusia obtiene de las exportaciones marítimas de petróleo y para obstaculizar su capacidad de financiar la invasión de Ucrania.
En este sentido, se argumenta que, al imponer restricciones a esta 'flota fantasma', la UE aumenta los costes para Rusia, interrumpiendo sus operaciones marítimas y sus relaciones colmerciales con operadores de la Unión.
De igual modo, se estima que estas sanciones también reducenlos riesgos para la seguridad marítima y el medio ambiente que suponen unos buques a menudo obsoletos y sin asegurar.
La medida se produce en medio de un estancamiento evidente de cualquier conversación de paz, pese a las presiones de los Estados Unidos y la cada vez más deteriorada situación de Ucrania.
La Unión Europea estima que este nuevo paquete de sanciones refuerza su independencia frente a otros actores internacionales y apuntala su posición al lado de Ucrania como país agredido.