Savills estima que procesar una devolución requiere aproximadamente un 20% más de espacio logístico que el envío de un producto nuevo.
A juicio de la conultora, esta circunstancia implica que los operadores deben contar con almacenes flexibles y bien ubicados, capaces de absorber picos de demanda tras campañas como Black Friday o Navidad.
De igual modo, el proceso de devolución incluye inspección, reacondicionamiento, redistribución, reciclaje o eliminación, lo que lo convierte en una operación costosa y multifacética. Así mismo, la gestión de devoluciones se ha convertido en un elemento estratégico que impacta directamente en la experiencia del cliente, la eficiencia de la cadena de suministro y el valor del inmobiliario logístico.
En este sentido, el aumento de demanda por la necesidad de ubicaciones estratégicas cerca de núcleos urbanos y centros de transporte ha impulsado desde diciembre de 2020 las rentas de superficie logística prime un 30% a nivel mundial, toda vez que la proximidad se erige como elemento clave clave para reducir tiempos y costes, y está elevando el valor de los activos inmobiliarios logístico bien posicionados.
Así pues, a medida que el comercio electrónico madura y las expectativas de los consumidores aumentan, la gestión de devoluciones se convierte en un factor crítico que influye directamente en las decisiones inmobiliarias.