La nueva inyección de capital permitirá a la empresa, fundada por profesionales vinculados a Google, Tesla y Uber, dar un nuevo impulso a sus avances en el ámbito de la conducción autónoma.
En los próximos años, tiene previsto invertir unos 500 millones de euros para poner en la carretera vehículos altamente automatizados que podrán circular de forma autónoma en áreas definidas o entre ciertos puntos.
El fabricante sueco prueba en circuitos controlados la conducción autónoma para desarrollar sistemas de alerta de vehículo a vehículo y herramientas inteligentes de control de flotas.
Tres cuartas partes de los operadores confían en que los camiones autónomos sean una realidad en las carreteras durante la próxima década y cerca de un tercio sostiene que estarán disponibles en cinco años.
Un total de 800 tiendas de la cadena de supermercados ofrecerán este servicio en Estados Unidos desde finales de 2018, aunque se espera que el próximo año se duplique el número de establecimientos.
Según un estudio, en el transporte de larga distancia, las nuevas tecnologías generarán ahorros de un 45% para 2030, mientras que en última milla ascenderían al 51%.
Las pruebas comenzarán en diciembre de 2020 con dos prototipos que se utilizarán tanto en la terminal automatizada como en un tramo de 70 kilómetros en la autopista A-7 de Hamburgo.
La conducción autónoma podría acabar a medio plazo con los puestos de trabajo de los conductores que hacen larga distancia y, al tiempo, crear empleos de inferior calidad en otros segmentos asociados al comercio electrónico.