Se han reducido las tasas en los flujos del Mar negro y el Báltico, ya que el comercio con Rusia y Ucrania se encuentra detenido por las sanciones y por la decisión de muchos operadores.
Las implicaciones de la guerra entre Rusia y Ucrania comienzan a sentirse en el transporte marítimo, mientras unos 2.000 marineros permanecen atrapados en aguas ucranianas.
Los clientes están tratando de acelerar sus operativas ante una posible prohibición de los suministros rusos, el aumento de los costes del bunkering y el incremento de las primas de riesgo.
Solamente Rusia importó cuatro millones de toneladas de productos frescos por mar en 2021, el 40% de los cuales eran plátanos, procedentes principalmente de Ecuador.
Si la guerra se traslada a Polonia, Eslovaquia, Rumanía, Hungría, Finlandia, Estonia, Letonia o Moldavia, la afectación al sector automovilístico sería total.
La invasión de Ucrania impacta de lleno en la carga aérea mundial, alargando las rutas y restando capacidad al mercado, con lo que los incrementos de precios están servidos, así como un posible recrudecimiento de la crisis de suministro.