La norma no será de aplicación para las embarcaciones que están equipadas con sistemas para la depuración de gases de escape, conocidos como 'scrubbers'.
Los buques que utilicen 'scrubbers' tampoco podrán descargar las aguas de lavado utilizadas mientras atraviesan el Canal, por lo que tendrán que desconectar estos sistemas.
Para Sea Intelligence, la capacidad aumentará en 1,3 millones de TEUs, lo que supone el mayor incremento desde 2015, pero las cifras se verán suavizadas por unas tasas de reciclaje por encima de la media.
Según la consultora Alphaliner, se trata del único operador del Top 10 que para esa fecha no tendrá ningún sistema de este tipo instalado en ningún portacontenedor de su flota.
El peso del sistema se ha reducido en más de dos tercios y se ha simplificado su diseño, con lo que la duración de la instalación se reduce a tan sólo tres semanas.
Algunos países de la Unión Europea ya han puesto en marcha iniciativas para limitar las descargas que realizan los 'scrubbers', en línea con los estándares comunitarios que impone la Directiva Marco Europea sobre el Agua.
Los 'scrubbers' de Yara han superado el test Marpol, lo que confirma su escalabilidad y su capacidad para el tratamiento de las emisiones de azufre en las embarcaciones de mayor tamaño.
MSC, Evergreen o HMM están adaptando numerosos buques a estos sistemas de depuración, mientras que Maersk, que prefería apostar por los combustibles bajos en azufre, finalmente los utilizará también en algunas unidades.
Los sistemas de ciclo abierto aún son viables en el 80% o 90% del transporte marítimo, y está demostrado que las soluciones híbridas funcionan como máximo el 15% del tiempo en el modo de ciclo cerrado.