El tráfico marítimo de corta distancia sigue ganando espacio en 2019 e incrementa los volúmenes de demanda captados frente a la carretera en el internacional.
Entre los proyectos de transporte que financiará la UE, destacan los relacionados con el ferrocarril, incluidos los enlaces transfronterizos y las conexiones con puertos y aeropuertos.
El impacto del Covid-19 ha sido de mayor calado en el tráfico de cabotaje, que se ha reducido un 5,3%, mientras que en el tráfico exterior se ha registrado un ascenso del 0,9%.
En los primeros seis meses del año pasado, el transporte marítimo de corta distancia ha movido 126 millones de toneladas, con incrementos de la demanda tanto en la fachada atlántica como en la mediterránea.
En esta crisis sanitaria, este tipo de líneas permiten minimizar las disrupciones de la cadena de suministro, eliminando carga de la carretera y evitando los cuellos de botella.