La instalación de los equipos híbridos del fabricante, con capacidad de funcionamiento en ciclos abiertos y cerrados, supondrá una inversión de 170 millones de euros.
Esta fórmula es una de las preferidas por los armadores para adaptarse a las nuevas regulaciones medioambientales, ya que resulta más económica que otras opciones.
Wärtsilä analiza la influencia de la conectividad en el ámbito marítimo, así como de la energía libre de emisiones o la economía colaborativa, entre otros aspectos.