Con 172 metros de largo y bandera danesa, este buque a metanol representa un hito para Maersk en su camino para lograr las cero emisiones netas de gases de efecto invernadero en 2040.
La universalización de la electrónica de consumo genera un impacto en la gestión logística que se traduce en cinco tendencias que obligan a replantarse las cadenas de suministro en este sector.
Maersk ha destacado el trabajo de coordinación previo a la escala, y la comunicación entre sus equipos de planificación, los de la terminal y la tripulación del buque.
La multinacional ha realizado recientemente fuertes inversiones en logística de contratos y ha incorporado de manera paralela a más de 20.000 nuevos expertos en este sector.