Las navieras han manejado su capacidad de una manera magistral, empujando a los cargadores al mercado spot, donde ellas puedan obtener mayor rentabilidad.
Durante meses, navieras y operadores han trabajado para equilibrar la oferta y la demanda, adaptando continuamente su estrategia para mantener las tasas.
Las estrategias proactivas de los operadores parecen haber tenido resultado pese a la delicada situación, habiendo conseguido un crecimiento del 2,9% en el índice desde principios de 2020.
Otro de los problemas que ha traído la crisis sanitaria es la deslocalización de los contenedores, que ha provocado una escasez de unidades vacías para poder rellenarlas y exportarlas.
La incertidumbre reina en el sector, lo que hace necesario contar con los últimos informes sobre el mercado para negociar los nuevos contratos, especialmente en el ámbito transpacífico.