La Cámara Naviera Internacional advierte de que un uso indiscriminado de los informes de no disponibilidad de combustible pueden acarrear la detención de un buque.
Los contratos de futuros se han convertido en una herramienta básica para la toma de decisiones antes de la implementación de las nuevas regulaciones ambientales.
Existen algunos problemas previos a la implementación de la normativa, como las incompatibilidades asociadas a las nuevas mezclas o la incertidumbre sobre la disponibilidad de los combustibles que cumplan con lo exigido.
Un 58% de los importadores y exportadores cree que los mecanismos utilizados por las navieras para recuperar sus gastos extra en este ámbito no son suficientemente justos y transparentes.
Más de la mitad de los cargadores y transitarios consideran que la aplicación de recargos no está siendo justa ni transparente, y sostienen que no están preparados para enfrentarse a este nuevo escenario de costes.
La imposición de esta clase de recargos restringe la cooperación y reduce la transparencia entre los actores implicados en la cadena logística, lo que acaba generando rechazo en los cargadores.
Si un buque cuenta con un plan correcto de implementación, su tripulación estará en condiciones de demostrar buena fe y de garantizar que han cumplido con lo que se esperaba para ceñirse a la regulación.
Muchas navieras están apostando por los 'scrubbers', pero según Lloyd's Register, se trata de la última opción de la lista para los operadores para cumplir con la nueva normativa.
La OMI ve absolutamente imposible aplazar la fecha de implementación de la nueva normativa, por lo que es el momento de que las navieras empiecen su adaptación.