La persistencia de la congestión portuaria en algunos de los principales puertos europeos y estadounidenses contiene la caída en los fletes de los servicios que parten desde Asia, pese al retroceso en la demanda.
La presión de la inflación sobre la demanda y el adelanto de pedidos para la temporada alta, junto con la excesiva acumulación de inventario, podrían provocar que los fletes se coloquen en niveles de 2019 antes de fin de año.
La debilidad en la demanda hace crecer la capacidad disponible y caer los fletes, con riesgo para las navieras más pequeñas por la subida en los costes.
Las cancelaciones de servicios por la 'Golden Week' no logran frenar la caída en los fletes. A este panorama se suma una creciente debilidad en la demanda y un adelanto de la temporada alta de fin de año.
La floja demanda acentúa la caída de los fletes marítimos en los servicios intercontinentales, aunque no cae más por otros factores, como la incertidumbre económica y los costes energéticos, entre otros.
La debilidad de la demanda, especialmente en los servicios que enlazan Asia con América del norte, hace que los fletes marítimos desciendan y que las navieras piensen en tomar medidas para evitar excesos de capacidad que reduzcan aún más los precios.
Se reducen los tiempos de tránsito en los transportes marítimos intercontinentales, en un contexto de menor congestión portuaria, escasa demanda y mayor capacidad disponible.
Esta estrategia por parte de las navieras podría contribuir a la estabilización de las tasas en las rutas que conectan Asia con Europa y la costa oeste de Estados Unidos.