La situación no ha sido vista con buenos ojos por el resto de la industria, que entienden que se está distorsionando el mercado, sin que por otro lado, se realice ningún movimiento para corregir los posibles efectos.
Bruselas pretende averiguar si esta operación podría reducir la competencia en el mercado de la construcción de buques para el transporte de mercancía, lo que tendría consecuencias negativas para los consumidores de la Unión Europea.
Su plan, con enfoque principal en las actividades industriales, pasa por mantener elementos y edificios existentes para preservar las características icónicas del antiguo astillero.
Si se confirman todos los rumores sobre nuevos pedidos, la relación total de la cartera de pedidos respecto a la flota podría elevarse del 19,9% al 24%.
Se analizará cómo con soluciones digitales pueden agilizarse las operaciones y compartir un mayor volumen de información, alcanzando una mayor eficiencia.